POSIBLE ORÍGEN ANTRÓPICO DE LA RADIOACTIVIDAD QUE CONTAMINA EL ACUÍFERO DE ALBOX (ALMERÍA)
Miguel de las Doblas
Lavigne, Instituto
de Geociencias, CSIC-UCM, Ciudad Universitaria, 28040 Madrid. doblas@mncn.csic.es
Un súbito incremento en la radiactividad del agua para consumo humano
en Albox fue denunciada en los medios de comunicación a partir del año 2013 y
como es habitual, las autoridades políticas o científicas “responsables” no
dieron ningún tipo de explicación lo que estaba ocurriendo (https://www.diariodealmeria.es/almeria/sigue-enturbiando-debate-politico-municipio_0_699530479.html; https://albox.mforos.com/1024805/11023064-13-4-2013-i-jornadas-del-agua-en-albox-fotos-y-videos/).
A pesar de todo, la obviedad de la influencia antrópica en el terremoto de Lorca sigue siendo negada en España, un país donde los "supuestos expertos de la ciencia oficial políticamente correctos” veneran el repetitivo mensaje del "irresponsable" de la sismicidad del IGN, Emilio Carreño: “Todos los terremotos que se producen en la península ibérica se deben al empuje hacia el N de la placa africana contra la placa euroasiática”. Además, cualquier mención a sismicidad inducida/anticipada en las Cordilleras Béticas es sistemáticamente ignorada por la multitud de “negacionistas” integrados en los multiproyectos institucionales abundantemente financiados AEQUA, IBERFAULT, QUAFI, etc. (Canora-Catalán y otros, 2018; García-Mayordomo, 2015; García-Mayordomo y otros, 2012; IGN, 2011; Martínez-Díaz y otros, 2011; Silva y otros, 2014).
Quizás convendría que estos pseudoexpertos se pusieran al día leyendo varios recientes y voluminosos artículos y la página web dedicados a la sismicidad inducida/anticipada por las actividades antrópicas en el mundo, que terminan de “sentar cátedra” y afianzar esta realidad innegable (Foulger y otros, 2018; Wilson y otros, 2017; Keranen y Weingarten, 2018; http://inducedearthquakes.org/). Todas las evidencias científicas sugieren que los fluidos juegan un papel importante en el control de las presiones de poro y en la generación de tensiones efectivas capaces de reactivar fallas e inducir sismicidad (Wang y Manga, 2009). La hidrosismicidad ha sido definitivamente confirmada científicamente y ya no cabe duda de que muchos terremotos están claramente influenciados por las posibles variaciones del agua en la corteza superficial (Costain, 2008; Wang y Manga, 2009; Doblas y otros, 2014). La extracción masiva de agua desencadena compresión de los acuíferos, compactación de sus sedimentos, hundimiento de las cuencas, desplazamientos horizontales centrípetos, variaciones en las deformaciones verticales/horizontales, agrietamientos/levantamientos del terreno, deslizamientos de fallas y/o enjambres sísmicos (Wang y Manga, 2009). Existen numerosos ejemplos documentados de sobreexplotación de acuíferos que provocan hundimientos y/o deformaciones del terreno en áreas densamente pobladas expuestas a fuertes riesgos sísmicos (Méjico D.F., Yakarta, Teherán, California). La influencia que tienen la sobreexplotación de los acuíferos profundos y la subsidencia del terreno en la activación de la sismicidad, se lleva describiendo desde hace muchas décadas en otras áreas activas sometidas a extracción de fluidos (Yerkes y Castle, 1976; Fialko y Simons, 2000). Sorprendentemente, ni siquiera en los EEUU parece tenerse en cuenta este riesgo tectónico/hidrológico en los mapas e informes de planificación, prevención y previsión de terremotos (WGCEP, 2008). Esto parece increíble, a la vista de las conclusiones científicas obtenidas después de estudiar el megaseismo de Gujarat (M 7.7) que devastó la India en 2001 (≈20.000 muertos): “La extracción generalizada de agua por bombeo podría ser un factor en el Terremoto de Gujarat” (Vu, 2001). Asimismo, el tremendo terremoto de Gorkha en Nepal de 2015 (M 7.8) ha sido relacionado con la masiva sobreexplotación del acuífero de la llanura Indo-Ganges, una de las zonas más densamente pobladas e irrigadas del planeta (Foulger y otros, 2018): la descarga producida por este drástico vaciado del acuífero tuvo su efecto en el Cabalgamiento Principal del Himalaya mediante este megaseísmo.
FIGURA 2
La variación detectada en
el año 2013 en la composición de las aguas subterráneas de Albox podría relacionarse
con modificaciones del acuífero en esta zona donde existen surgencias termales
calientes cuaternarias causadas por una falla activa EO: la falla de Albox (figuras
2 y 3). A su vez, estos cambios pueden deberse a las modificaciones de los esfuerzos
corticales acaecidos tras el movimiento sinestral/inverso de la sismogenéticamente
activa FAM durante la serie sísmica de Lorca (Mayo 2011; figura 1). Lorca y la CG
se encuentran solo a unos 50 km al NE de Albox.
En el caso de Lorca, suponemos que tras la devastadora serie sísmica, se
relajaron parcialmente las tensiones tras la ruptura y estas se concentraron
localmente en el extremo SO de la FAM en la falla de Albox con surgencias
termales condicionadas por la misma (Figuras 2 y 3). La falla dextral de Albox
es una estructura íntimamente relacionada con la FAM inversa/sinestral,
funcionando como una “tear fault” EO o ruptura secundaria de la principal y los
movimientos de ambas están tectónicamente ligados (figura 3). Si comparáramos
burdamente el acuífero de Albox con una gigantesca esponja cortical, podríamos
decir que el relajamiento de las tensiones tectónicas en el sector NE de la FAM
causado por la serie sísmica de Lorca del año 2011, pudo aumentar la tensión
cortical en su sector bloqueado del SO en Albox, “apretando” la esponja y
variando por ello la composición original de sus aguas con contaminaciones
corticales no habituales.
Los cambios en las composiciones de las aguas termales y de los
acuíferos en general en las cercanías de terremotos son bien conocidos en la
literatura (Sneed y otros, 2003; Faulkner y otros, 2009). De hecho, el año 1999 registró otro terremoto al NE de la
FAM (Mula, magnitud 4.8; Martínez-Parra y Durán-Valsero, 2004) y este seísmo modificó
la composición de las aguas termales en Mula, Archena y Fortuna (esta última a
40 km de Mula). Parece lógico suponer que lo mismo ha ocurrido esta vez con las
aguas de Albox, al deslizarse violentamente la FAM en Lorca.
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