EXPOSICIÓN DE LOS 300 METEORITOS DE LA COLECCIÓN DEL MUSEO NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES (2007-2008)

 

Miguel de las Doblas Lavigne y Julia de las Doblas González
 Comisarios de la Exposición de Meteoritos del MNCN inaugurada el 9 de febrero del año 2007






1) INTRODUCCIÓN      

             Siendo Miguel de las Doblas Vicedirector de Exposiciones y Programas Públicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) en el año 2006, decidió exponer los cientos de meteoritos de la Colección de este centro que permanecían en su mayoría “almacenados/escondidos” en el sótano del MNCN. Julia de la Doblas se convirtió en Comisaria de esta Exposición, llevando todo el peso de la futura muestra, recogiendo/seleccionando/clasificando las muestras, preparando las mesas expositoras, haciendo el diseño gráfico de los diferentes paneles de la exposición, colocando cada meteorito en su sitio, etc.  Para ello, contamos con la inestimable ayuda de Miguel Vela para el diseño gráfico, la impresión de los carteles y la preparación de las mesas. Otras personas de esta Institución pública colaboraron para llevar a buen fin esta exposición única: Begoña Sánchez (responsable de la Colección de Rocas del MNCN), Laura Corcuera (Departamento de Comunicación), Soraya Peña (Departamento de Exposiciones) y Jesús Juez (especialista en exposiciones). 

            Los textos que incluimos en esta exposición y que corresponden a la descripción detallada de los principales meteoritos españoles (y de las circunstancias de sus caídas o hallazgos), se basan en las descripciones de los mismos expuestas en el siguiente trabajo: García-Guinea, J., Martín-Escorza, C., Fernández-Hernán, M., Sánchez-Muñoz, L., Correcher, V., Sánchez-Chillón, B. y Tormo, L., 2006. Meteoritos españoles del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Estudios Geológicos, V. 62 (1), enero-diciembre, p. 11-30, ISSN: 0367-0449. Agradecemos a sus autores el permiso para poder utilizar/modificar libremente estos textos para nuestra exposición.

                Decidimos dividir la exposición en los siguientes capítulos, con sus correspondientes mesas/vitrinas expositoras: 1) Un par de vitrinas con las dos “Joyas” de la colección de meteoritos caídos/hallados en España (Molina de Segura, caído en 1858; y, Colomera, hallado en 1912); 2) Cuatro vitrinas expositoras con 17 de los más importantes meteoritos caídos en España entre 1773 y 2004, expuestos cronológicamente y con reseñas históricas relevantes (30 muestras). 3) Una detallada y exclusiva clasificación de meteoritos, basada en las muestras de la colección del MNCN (100 muestras). 4) Las “estrellas de la colección del MNCN” que incluye fragmentos de famosos meteoritos de todo el mundo (100 muestras). 5) Una mesa con “falsos meteoritos”.

             El proceso de localización, transporte, selección, limpieza y clasificación de todas estas valiosas muestras fue muy largo y junto con la instalación de las mesas, los expositores, las vitrinas, las luces, la cartelería, el diseño gráfico, etc. casi llevo un largo año de trabajos. En las figuras 1, 2 y 3 mostramos algunos ejemplos de la instalación provisional de esta exposición.

               La exposición quedó lista para su inauguración a comienzos del año 2007: en las figuras 4 y 5 se puede apreciar el aspecto global que presentaba con sus tres mesas expositoras, sus cuatro vitrinas inclinadas de sección rectangular y sus dos vitrinas verticales de sección cuadrada.


FIGURA 1


FIGURA 2


FIGURA 3






FIGURA 4



FIGURA 5


2) LAS JOYAS DE LA EXPOSICIÓN DE METEORITOS ESPAÑOLES (Figuras 6, 7 y 8)


Molina de Segura (Murcia)-Figuras 6 y 7: Caído el 24 de Diciembre de 1858 (Nochebuena);Meteorito pétreo (condrita ordinaria L5); Meteorito más grande caído en España (140 kg).

En el MNCN se dispone de la información que de su caída, ocurrida el 24 de diciembre de 1858 a las 02:45 horas suministró Rafael Martínez-Fortún. Según ella, en ese día y hora, se oyó de repente en la atmósfera un gran ruido parecido al que produce la electricidad en las nubes, y las personas que estaban en las calles, en los caminos y en los campos, ven aparecer un magnífico globo de fuego de una brillantez extraordinaria y deslumbradora que ostentando los colores del arco iris oscurecía la luz de la luna y descendió majestuosamente desde las regiones aéreas, atravesando nuestro horizonte en dirección oblicua del Mediodía a Norte, el cual pasó por encima de esta ciudad a tan poca distancia de la torre de la Catedral, que los que en ella la observaron creyeron que iba a tocar en la linterna de dicha torre, pero no sucedió así. Recorrió unas tres leguas más salvando esta ciudad y su término y fue a caer en una hacienda en Campotéjar. Como resultado de la colisión el bólido se fragmentó en 16 trozos. El impacto sobre el terreno produjo un sacudimiento y vibración en la tierra tan fuerte que se llegó a sentir no solo en las inmediaciones de aquel punto, sino también en esta ciudad a cuyo ruido y sacudida despertaron muchas personas de las que se hallaban durmiendo y todas excepto las que observaron el fenómeno al aire libre, creyeron que era una de esas tormentas tan frecuentes en esta localidad llenándoles de terror. Los vecinos que concurrieron al sitio, quedaron todos confusos sin saber quien podría haber producido aquello ni con que objeto, puesto que tampoco se notaban alrededor huellas de personas ni animales y tampoco existía señal alguna de corte de azada ni otra herramienta: escarbaron un poco entre la tierra y no encontrando cosa alguna y lo olvidaron completamente; más tarde segando la cebada, a uno de los segadores le llamó también la atención el hoyo aquel y escarbando con la hoz tocó esta con un cuerpo duro y resistente, lo que comunicó a sus compañeros y al labrador y acudiendo todos y escarbando en aquel punto a una vara de profundidad encontraron una piedra de figura cuadrangular, color negruzco y de un peso extraordinario comparado con su volumen, pues tenía diez arrobas y quince libras, lo cual unido a que no se parece a piedra alguna de las que ellos habían visto hasta entonces en aquellos alrededores ni en otra parte les llamó sobremanera la atención, quitándole uno de ellos un pedazo de uno de sus ángulos con un golpe que le dio con una maza de hierro. 


FIGURA 6



FIGURA 7


Colomera (Granada)-Figura 8: Meteorito hallado en 1912; Meteorito férreo (octaedrita grano medio, IIE). Meteorito férreo más grande hallado en España.

Por los años 1930 el alumno Julio Mateos, de la Facultad de Químicas de la Universidad de Granada, para hacer prácticas de análisis llevó unos trozos pequeños arrancados de una masa rocosa con aspecto metálico. Según análisis anteriores parecía tratarse de un hierro con bastante vanadio pero en el desarrollo de esas prácticas sus profesores se dieron cuenta que dichas muestras eran de un hierro con bastante níquel, algún cobalto y nada de vanadio llevándoles a la conclusión de que se trataba de fragmentos de un meteorito. Ante tal consideración se hicieron las gestiones para que se enviara a dicha Facultad la masa de procedencia de tales muestras. Por las referencias obtenidas entonces se supo que el meteorito fue hallado en 1912 en el pueblo de Colomera (Granada) donde se hallaba enterrado a un metro de profundidad en el centro del pequeño patio o corral adjunto a una casa. Los profesores citados hicieron un estudio del meteorito y después lo donaron al MNCN según consta en un documento mecanografiado que dice: “Se ha recibido en este Museo Nacional de Ciencias Naturales, por mediación de D. José Dorronsoro, Catedrático de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, un ejemplar de meteorito de 134 Kg aproximadamente, propiedad de

    D. Antonio Pontes Vilches, practicante y vecino de Almuñecar (Granada) que lo cede en calidad de depósito a este Museo, pero siempre a disposición de su dueño que podrá retirarlo cuando lo estime conveniente”. El documento está firmado por Ignacio Bolivar, Director entonces del MNCN. 


FIGURA 8


3) METEORITOS CAÍDOS EN ESPAÑA ENTRE 1773 Y 2004 (cuatro vitrinas; Figuras 9-16)

VITRINA 1 (Figuras 9 y 10):

               Sena o Villanueva de Sixena (Huesca): Caído el 17 de Noviembre de 1773. Meteorito pétreo (condrita ordinaria H4). Caída más antigua registrada en España.

En el Archivo histórico del MNCN se encuentra depositado un conjunto de documentos que hacen referencia al fenómeno ocurrido el 17 de Noviembre de 1773 a las 12.00 hrs. En ese día y hora, y sin aparato de tempestad en la huerta de Sena, lugar del territorio de Sixena, se oyó por tres veces un ruido extraordinario. Después cayó una piedra de nueve libras y una onza de peso en las inmediaciones de dos hombres que se encontraban trabajando en sus tierras. El impacto sobre el terreno produjo un hoyo de no mucha profundidad, de donde rebotó saliendo del mismo cayendo sobre el suelo a corta distancia. La tierra era propiedad de Francisco González, contigua a la de Manuel Calvo, y ambos se encontraban en esos momentos comiendo. La caída les produjo un buen susto. Después de ese primer desconcierto uno de ellos, Manuel Calvo, se acercó al punto de caída aunque le retrajo el olor fétido que sintió; esperó un tiempo y de nuevo se acercó y tocó al meteorito con la azada, lo hizo después con la mano pero la retiró de inmediato pues la piedra todavía estaba caliente. El mismo Manuel Calvo recogió el meteorito y lo llevó en su chupa a Sena donde se la presentó al cura Antonio Pano quien de inmediato se quedó con la piedra. Las nueve libras y una onza que se citan como peso del ejemplar se determinaron por medio de una balanza romana. Es decir, unos 4.178 g. Después de lo sucedido la noticia recorrió toda la zona y muchos vecinos fueron a Sena para ver la piedra a la que unos y otros arrancaron pequeñas porciones que se llevaron para enseñar a sus familiares y amigos. Enterado del fenómeno el Capitán General  de Aragón, Antonio Manso determinó prevenir a la justicia de Sena para que hiciese una información formal del suceso y le remitiese la piedra. Dando cumplimiento a esa petición el alcalde de Sixena le envió toda la información que pudo recabar y en una caja sellada con las armas del Monasterio de Religiosas de la Orden de San Juan, de cuyo señorío es el territorio donde cayó la piedra. A parte, además, las mismas religiosas a través del Recibidor de Malta de Aragón le hicieron llegar a Manso otro ‘pedacito’ que lo era de la pieza principal. Una vez recibido el informe y la caja Antonio Manso mandó que se abriera en su presencia y en la del Muy Reverendo Arzobispo D. Juan Tomás de Micheo, Regente de esta Real Audiencia y de los oidores de ella D. Miguel de la Villava y D. Felipe de Rivero. Todos ellos vieron la piedra y discutieron ante ella acerca de su especie, caída y otras circunstancias, resultando de esta conversación que se encargase a D. Miguel de Villaba que hiciese algunas preguntas al Alcalde de Sixena.

Varea (Logroño) : Caído el 4 de Julio de 1842.Único meteorito pétreo-férreo caído en España (mesosiderita).

Lo único que se sabe acerca de este meteorito es que cayó el día 4 de julio de 1842 en la localidad de Varea (o Barea) en la provincia de Logroño (La Rioja). Sin embargo tiene un gran interés científico al ser el único meteorito pétreo-férreo caído en España.

Nulles (Tarragona): Caído el 5 de Noviembre de 1851.Meteorito pétreo (condrita ordinaria H6).  

En ese miércoles 5 de noviembre de 1851, en Nulles el aire estaba en calma y en el cielo sólo había algunas nubes en la parte NO. Hacia las 17:30 horas y en el levante se vio aparecer un globo luminoso centelleante, que por instantes iba haciéndose mayor y tomaba la dirección SO dejando tras de sí una larga cola luminosa que tardaría unos 20 minutos en disiparse. Después se oyó una terrible detonación que duró cuarenta segundos, produciendo una alarma general en la población que hizo salir a las gentes a la calle. Cayeron varias piedras, pero la principal lo hizo en un campo del pueblo de Nulles y pesaba 19 libras y 8 onzas (~9.046 g). En los pueblos de Vilabella y Brafim cayeron innumerables fragmentos de 1 hasta 5 libras. La piedra cayó en un campo de labor a unos dos metros de distancia de una senda que conducía a una fuente por la cual pasaba una joven con dos cántaros de agua; azorada ésta al ver descender aquella masa candente tan impetuosa corrió hacia su casa y luego al cabo de rato volvió por curiosidad para reconocer en aquel campo que es lo que había caído. Se había hundido por la punta en un hoyo de cerca de dos palmos de profundidad, y cuando la recogió estaba aun caliente y la cubrió con su delantal de ropa gruesa por que no se podía tocar con las manos. Las autoridades de Tarragona enviaron un ejemplar a Madrid. De los otros pueblos se pudo recoger dos ejemplares: uno entero de 690 g, con forma irregular; y otro fragmento de 105 g, y pudo ver algunos otros, encontrando en todos ellos una admirable conformidad. 

Oviedo (Oviedo): Caído el 5 de Agosto de 1856. Meteorito pétreo (condrita ordinaria H5 o L).

La caída tuvo lugar el día 5 de agosto de 1856, entre las 7.30 y las 8,00 horas, En ese día Oviedo había estado cubierto de nubes. Entre las 5 y media y las 6 de la tarde se oyó en toda la ciudad de Oviedo y en un radio de más de 4 leguas, un ruido terrible y extraño proveniente de la atmósfera. Unos creyeron que eran descargas de fusilería, otras pruebas de cañón y los menos, ruidos de ferrocarril. El personal universitario, así como su Rector aseguraron haber oído como cuatro o cinco descargas de cañón de grueso calibre a las que sucedió un ruido algo más intenso al de los truenos ordinarios. Pero no fue hasta el día siguiente cuando la ciudad se percató de que en realidad había sucedido un fenómeno meteorítico. Entonces Luis Pérez Minguez, Catedrático de Historia Natural de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo, y otros compañeros se dedicaron a indagar en la ciudad y a las pocas horas consiguieron reunir en el gabinete de Historia Natural 3 meteoritos caídos el día anterior. Pérez Minguez a los pocos días del suceso llegó a elaborar una Memoria cuyos pormenores son los que permiten conocer lo sucedido. Algunos vecinos de Cadrana y Cadellada aseguraron haber visto caer piedras en Ventanilles, a más de 2 leguas de Fozanelde. Estos mismos vecinos aseguraron también que cayeron piedras en Hevia. Además de los lugares ya citados donde vieron la caída de algunos fragmentos, en Barco de Soto, a una legua al sur de Oviedo, dijeron haber oído en toda la tarde de ese día algunos truenos extraños. Se sabe que de tres fragmentos recogidos el mayor del tamaño de un huevo de gallina, pesaba 105 g, no se conoce el peso del intermedio, y el menor, del tamaño de un huevo de paloma, pesaba 50 g.

Cañellas (Barcelona):  Caído el 14 de Mayo de 1861. Meteorito pétreo (condrita ordinaria H4 o H5).

El día de caída fue el 14 de mayo de 1861 a las 13:30 horas. Teodoro Creus firma una nota que acompañaba al fragmento que fue donado al Museo de Geología de Barcelona por su hijo Manuel Creus Esther.  Se trata de un fragmento caído en el término de Caneylles, partido de Vilanova y Geltrú, estando completamente despejado. Hizo el sónido de un cañonazo, seguido de algunos tiros de fúsil. Estuvo acompañado de una nubecilla blanca. Según refería el Diario de Barcelona del 17 de mayo la detonación se oyó también en Villanueva y Llorens.Los aerolitos penetraron tan profundamente en el suelo que sólo se pudieron recoger aquellos fragmentos que cayeron sobre rocas duras. Fueron recogidos por los campesinos del lugar quienes los consideraron, por venirles del cielo, como de buen augurio, por lo que costó mucho trabajo convencerles para que, en bien de la ciencia, se desprendieran de ellos.

Sevilla (Sevilla): Caído el 1 de Noviembre de 1862. Meteorito pétreo (condrita ordinaria LL4 o LL6).

En la mañana del 1 de noviembre de 1862 el tiempo en Sevilla era sereno y apacible. A las 11:15 horas se advirtió un fuerte ruido semejante al de un trueno, o a la descarga de un cañón de gruesa artillería, perceptible en los pueblos colindantes, como Santiponce, Castilleja, y en el mismo Sevilla. Con mayor intensidad se oyeron estos ruidos en  Gines y Valencina, a 6 km de la ciudad. En todos lo lugares multitud de personas dirigieron sus miradas al punto de donde procedía el ruido y una de ellas, José Rodríguez que estaba trabajando en el campo, notó la caída de un objeto en el terreno, que era un olivar denominado La Cuadra propiedad del Príncipe de Anglona, situada entre los pueblos de Valencina y Gines. El meteorito hizo un agujero de más de diez pulgadas en el suelo por lo que a José Rodríguez le costó un tiempo encontrarlo y cuando lo extrajo conservaba aún una temperatura alta. Todo ello lo comunicó a varias personas de La Rinconada una de las cuales a su vez se la transmitió a Antonio Machado Núñez que se puso en contacto con el poseedor de la pieza quien se la entregó y le dio los detalles que se han descrito.



FIGURA 9

FIGURA 10



VITRINA 2 (Figuras 11 y 12):

 Cangas de Onís (Oviedo): Caído el 6 de Diciembre de 1866. Meteorito pétreo (condrita ordinaria H5 o H6).

La mañana del 6 de diciembre de 1866 estaba lúcida y soleada en Asturias. Entre las diez y media y las once horas los habitantes de Cangas de Onís y de las aldeas circundantes en un radio de 2 a 4 km oyeron un ruido proveniente del cielo parecido al de una locomotora. Los que pudieron dirigieron su mirada el cielo donde vieron con toda nitidez como una nube blanquecina se venía rápidamente hacia ellos desde el Norte, arrojando chispas, es decir piezas de meteoritos, que cayeron al suelo. Las que impactaron cerca de lugares habitados fueron recogidas rápidamente y algunas de ellas estaban todavía calientes. Manuel González Rubin se encontraba en el interior de su farmacia de Cangas de Onís no escuchó ningún ruido y es que parece que se oyeron más intensamente en varios puntos distantes de Cangas que en la misma villa. Parece inferirse también que en el trayecto de descenso el meteorito fue de Norte a  Sur, dejando caer diversas piezas sobre otros tantos lugares a lo largo de su recorrido. A través del seguimiento del suceso que hizo el farmaceútico citado es posible saber que cayeron diversos trozos en Olicio, Villa, Parda, Hortigosa y Canaliegos, todos ellos pertenecientes a la parroquia de San Martín de Margolles. En estos lugares diversos vecinos habían recogido pequeños ejemplares el que más de un cuarterón hasta un total de 16 con pesos entre los 920 a 115 g; uno de ellos era una pieza del tamaño de una naranja que había tronchado una rama gruesa de higuera. Por otra parte, al tenerse noticia del suceso en Oviedo el catedrático de Historia Natural de la Universidad, León Salmean, entonces también Rector, escribió recabando información a sus amigos y vecinos de Cangas de Onís, Antonio Cortés, al citado farmacéutico y a su hermano José González Rubin. Las cartas con que le respondieron son el medio a través del cual se han podido conocer muchos de los detalles de esta caída.

Cabezo de Mayo (Murcia): Caído el 18 de Agosto de 1870.Meteorito pétreo (condrita ordinaria L6).

Este meteorito cayó el 18 de agosto de 1870, entre las 06:30 y las 07:00 horas en el citado lugar. El grueso del relato de lo sucedido se lo debemos al interés que sobre este asunto se tomó Juan de Velasco, militar Jefe de Estado Mayor, quien visitó el área al día siguiente y que elaboró un pequeño informe que envió a Olayo Diaz, director del Observatorio Meteorológico de Murcia; este a su vez se lo hizo llegar a un amigo periodista quien lo reprodujo en la revista El Tiempo de ciencias e industria. A esas horas de ese día la atmósfera estaba clara y transparente sobre el campo de Murcia, sólo algunas nubecillas esporádicas alteraban el azul del cielo, cuando de repente se oyó un gran estampido seguido de otro no menos fuerte y seco, continuando por un minuto un prolongado rumor semejante al paso de un tren por un puente de hierro. Otros las definieron como descargas de artillería; y en efecto, asustaron a la población y alarmaron a las autoridades que se cruzaron despachos telegráficos para asegurarse de que el orden ciudadano no se había alterado en esa localidad ni en Murcia ni en Cartagena. Desde orillas del Mar Menor pareció que todo eso había sucedido en dirección a los lugares que se conocen con el nombre de Pacheco y Los Martínez, es decir hacia el NO. A las detonaciones les sucedieron inmediatamente ráfagas luminosas semejantes a haces de mies que descendían a la tierra. Y es que se produjo entonces una lluvia de cuerpos parecidos a tortas procedentes de una sola masa. Uno de esos fragmentos se hundió en el suelo como media cuarta levantando tanta tierra que dejó cubierto con ella a un perro que se hallaba próximo, tal como informó un testigo con apellido Vidal, propietario murciano, por cuya mediación el MNCN adquirió un fragmento de aerolito. Uno de los aerolitos cayó en Los Carriones, a unos 100 m de unas casas, abriendo en unos rastrojos un hoyo de 30-35 cm de profundidad por unos 40 cm de diámetro en su boca; cayó a unos 30 pasos de un muchacho de 14 años. Otro espectador del suceso, un hombre de 40 años que se encontraba cercano a las casas, vio como la piedra después de caer rebotó, volviendo a caer a un metro del agujero abierto originalmente. Ambos testigos, asustados, se refugiaron en el interior de las casas de donde pasado un rato salieron y fueron al lugar de la caída y recogieron el meteorito. Este se encontraba todavía con una temperatura bastante alta, aunque soportable por las manos. A pesar de los ruegos y súplicas que Juan de Velasco hizo para que el dueño del ejemplar se lo diera o vendiera no pudo conseguir más que le dejara arrancar un fragmento de 1.200 g de lo que debía ser una masa total de unos 11 o 12 kg. La piedra tenía un diámetro medio de 25 cm, con costra y remaglifos. Su interior era de color gris ceniciento, distinguiéndose pequeños cristales negros y puntitos muy brillantes. En Los Muros, un caserío a 2 o 3 Km al NE de Los Martínez, había caído una pieza aun mayor, que al chocar con el suelo duro y resistente se fraccionó en varios trozos el mayor de los cuales pesaba más de 25 kg. En Ventas de Mendoza se contaba que el mismo día de la caída había pasado un carretero que llevaba otro fragmento del meteorito y que dijo haber caído tan cerca de una de sus mulas que estuvo a punto de matarla. En la casa existente, al menos entonces, entre las Ventas de Mendoza y Ginenado, un pastor dijo que había visto caer algunas piedras. El labrador que entonces vivía en la casa y sus dos hijas de 20 y 18 años, aseguraron a Velasco haber visto caer 2 piedras en bancales inmediatos a la casa y que ambos impactos habían levantado una gran polvareda. Se asustaron y de inmediato se metieron a refugiarse a la casa; al cabo de un cierto tiempo fueron ellas mismas a tratar de recoger las piedras pero no las pudieron encontrar. El mayor de todos estos fragmentos cayó al NE de los demás,y por ello se dedujo que el fenómeno lo había producido una masa meteorítica que procedía del SO y se dirigía hacia el NE. El  mapa de la caída existente en el MNCN se envió el 5 de mayo de 1871 por Juan de Velasco.

Guareña (Badajoz): Caído el 20 de Julio de 1892. Meteorito pétreo (condrita ordinaria H6).

 Las informaciones sobre este suceso aparecieron publicadas en el periódico El Liberal de Madrid y fueron transcritas por diferentes investigadores de la época. La relación de hechos ha sido ampliada exhaustivamente en las indagaciones efectuadas por la Asociación Astronómica de Guareña Kepler que ha publicado esos resultados en su propio Boletín (Nº5, 1969). El miércoles 20 de julio de 1892, entre las 10:00 y las 11:00 horas, el cielo estaba completamente despejado en la zona. Entre las diez y las once horas un ruido intenso sobrecogió al pueblo de Guareña, después se oyeron tres detonaciones, la primera fue la más fuerte y decreciendo la última la más débil. Francisco Gutiérrez estaba encargado de la bodega de vinos de Francisco Regalado Cortés que está situada a unos 5,400 km al noroeste de Guareña; allí los ruidos se oyeron con tal intensidad que creyeron que una montaña se derrumbaba sobre sus cabezas. Un meteorito chocaba violentamente en el suelo a unos 50 m de donde se encontraba, en las traseras del edificio, levantando por el impacto una densa nube de polvo. El choque se produjo en una planicie de arenas lavadas blancas a unos 100 m de la bodega, que se encuentra emplazada en el lugar conocido como Cañada de Abajo. Los que presenciaron el suceso se asustaron pero una vez repuestos se dirigieron al lugar y vieron un agujero de aproximadamente un metro de diámetro y de unos 75 cm de profundidad, en cuyo interior asomaba la parte superior de un meteorito la mayor parte del cual estaba cubierto por la arena removida. Esto mismo vio el agricultor Francisco Moreno que junto con otros dos braceros se encontraban a unos 400 pasos del punto de caída y que contó como, aterrorizados, se tiraron al suelo cuando sintieron aproximarse la ráfaga de humo que acompañaba la caída del meteorito. Otras personas que se encontraban en la zona aseguraron después haber visto y oído las mismas cosas. Una vez todos allí reunidos en el cráter y repuestos del susto, extrajeron la piedra pesando dos arrobas y quince libras, es decir unos 32 kg. El meteorito fue llevado a Guareña haciéndose cargo de él el cura párroco. En aquel entonces había allí dos párrocos, Francisco Pardo Amador y Prudencio González Parras, y todavía está por conocerse a cual de los dos fue a parar el meteorito. Cualquiera que fuese lo llevó a su casa a donde acudió mucha gente para observarlo. Entre los visitantes y  a eso de las 21 hrs se acercó a verlos el licenciado Juan J. Borrallo, coincidiendo allí con José Durán, teniente de alcalde de Guareña, y con Miguel Durán, hermano del anterior. En esa tertulia se comentó que algo similar a lo acontecido le había ocurrido también a Francisco García, un labrador que por la mañana se encontraba trabajando en otro lugar del término; por lo que decidieron salir al día siguiente a ese nuevo punto. En efecto, de madrugada el médico Borrallo y los hermanos Durán, acompañados de un agente del orden público que conocía bien la zona, fueron a explorar el área de la Charca de la Dehesa como les indicó F. García. Después de dar algunas vueltas encontraron otro meteorito que pesaba 7.2 kg sobre un terreno bien labrado y cubierto de rastrojo seco de trigo que había estado sembrado, a 2.8 km al N de Guareña y a 3.5 km al E de la otra caída; en el impacto seccionó limpiamente una linde, haciendo un agujero de 30 cm del cual rebotó hasta una distancia de unos metros. Por acuerdo de todos esta nueva pieza se exhibió durante cuatro días en el Ayuntamiento de Guareña. Borrallo creyó que ambas piezas eran parte de una mayor y parece que lo confirmó pues al reunirlas observó que se adaptaban una a otra en su forma, dimensiones y ángulos entrantes y salientes. El párroco donó el meteorito de mayor tamaño al entonces presidente del Gobierno, Antonio Cánovas del Castillo. La Comisión de Monumentos de Badajoz haciéndose sensible a varias peticiones decidió fraccionar el meteorito que disponía. Las peticiones le fueron formuladas por Salvador Calderón, entonces catedrático en Sevilla; el Gabinete de Historia Natural, predecesor del MNCN, de Madrid; y Enrique Iglesias, profesor de química del Instituto de Badajoz. Así que la intención fue sacar tres pequeños fragmentos, uno para cada uno de ellos. Pero para hacerlo se tropezó con diversas dificultades y se decidió reclamar para ello los servicios del armero de la ciudad de Badajoz, Antonio Gutiérrez Mora, quien tampoco pudo conseguirlo con limas y cinceles; por lo que finalmente se intentó partirlo a golpe de martillo.

Los Martínez (Corvera, Murcia): Caído en Mayo de 1894. Meteorito pétreo (condrita ordinaria L6).

No se conocen más datos sobre este meteorito caído en Mayo de 1894. El MNCN adquirió este ejemplar por compra. Varios investigadores sostienen que existen reservas acerca de la autenticidad de la fecha de caída y algunos sugieren que en realidad podría tratarse de un fragmento de otro meteorito, concretamente el de Cabeza de Mayo caído en una zona muy próxima en 1870.

Madrid (Madrid): Caído el 10 de Febrero de 1896. Meteorito pétreo (condrita ordinaria L6).

Es uno de los impactos que ha tenido más eco social.  El suceso se produjo a las 9 horas, 29 minutos, 30 segundos del lunes día 10 de febrero de 1896, hallándose el cielo completamente despejado, y encalmado el aire como refiere la Gaceta de Madrid de ese año. La población tuvo conocimiento de lo que sucedió porque entonces se produjo un vivo relámpago de luz blanca azulada o quizá rojiza (según los diferentes autores) que iluminó intensamente a toda la ciudad de Madrid. Este resplandor intenso se vio desde Mallorca y la costa Mediterránea hasta Badajoz y desde Guipúzcoa hasta Jaén y fue muy intenso en las provincias de Madrid, Guadalajara, Cuenca, Toledo, Ciudad Real, Albacete, con apenas intensidad en Segovia, Salamanca, Zamora, León y Valladolid, y no se observó en el N y NO de la península. Según las diferentes versiones, un minuto y algunos segundos, un minuto y treinta segundos o 65 segundos después se oyó en toda la ciudad una explosión formidable que hizo temblar hasta los edificios más sólidos. El estampido fue sordo e intenso, seguido de otros ruidos mucho menos fuertes, semejantes al que produciría una bala de cañón al rodar por el piso de una casa; también duró largo tiempo, al menos dos minutos, mientras tanto la trepidación de las puertas, vidrieras y tabiques era extraordinaria. Hacia el SO se pudo ver entonces una nube, originada por el meteorito con una forma semicircular con la convexidad hacia el E. Un aficionado realizó una fotografía de dicha nube que se presentó a la Sociedad Española de Historia Natural. Según la Gaceta de Madrid, la nubecilla que se describe con aspecto pavoroso, se encontraba el Este del meridiano del Observatorio, lo cual hace más verosímil la descripción de un observador acerca de que la nube tenía sus bordes irisados por efecto de la luz del Sol. En el centro presentaba una condensación de un color rojizo, similar al de las nubes en un atardecer. Según el Instituto Central Meteorológico, la explosión habría tenido ocurrido a 24 Km de Madrid; según otros investigadores se habría dado a una altura de 33 Km y una distancia horizontal de 20 a 30 km de Madrid. Imposible es dar idea exacta del efecto causado en las personas que transitaban por las calles de Madrid. Mientras muchos, cegados por el resplandor que se produjo al estallar el bólido se metían en los portales y en las tiendas, otros, aterrados por el tronido espantoso y por el retemblar de los edificios, salían de sus habitaciones.

Quesa (Valencia): Caído el 1 de Agosto de 1898. Único meteorito férreo caído en España (octaedrita de grano fino).

El lunes 1 de agosto de 1898 a las 21:00 horas, en Quesa se observó una brillante ráfaga y al desaparecer se oyeron dos fuertes y simultáneas detonaciones, parecidas a cañonazos, y luego un breve rumor como de una tormenta. Algunos pastores que fueron testigos cercanos del fenómeno atribuyeron el ruido a un rayo, si bien les extrañaba pues el cielo estaba despejado. Al desaparecer la luz de la ráfaga vieron como  se formaba una nube blanquecina y percibieron también un ruido como en dirección norte.

E. Boscá, médico y catedrático de Historia Natural de la Universidad de Valencia, se encontraba en la puerta de una alquería del Cabañal junto con otras personas cuando en ese momento vieron cruzar el espacio una brillantísima ráfaga de luz en dirección NE-SO, dejando tras de sí una estela luminosa hasta que repentinamente desapareció. Al día siguiente les llamó la atención a los vecinos una piedra negra de 10.370 g de peso y densidad extraordinaria que había caído en tierras colindantes con las del término de Budilla. El médico de la zona, E. Marín, visitó el lugar el día 7 y pudo ver el hoyo que había producido el impacto, un agujero de 0,5 m de diámetro y 0,40 m de profundidad, en dirección oblicua al suelo horizontal, señalado inequívocamente por el arrastre de la tierra que produjo. Marín, valorando la importancia del fenómeno, dispuso que el artista García hiciera unas fotografías y obtuviera algunos vaciados en yeso del ejemplar. Los vecinos conocedores de sus aficiones le entregaron el meteorito. Toda esta información se la ofreció el mismo E. Marín a su amigo E. Boscá quien hizo publicó todos estos hechos a través de una nota que envió a la Sociedad de Historia Natural, junto con tres fotografías, se supone que de las obtenidas por García, aunque estas no fueron publicadas. Se puede deducir que dichas fotografías, junto con pequeños ejemplares de este meteorito, las debió enviar él mismo a otro investigador para que fuera éste quien lo estudiara, como así ocurrió. 




FIGURA 11


FIGURA 12


VITRINA 3 (Figuras 13 y 14):

         Olivenza (Badajoz): Caído el 19 de Junio de 1924. Meteorito pétreo (condrita ordinaria LL5)

A las 09:00 hora oficial del jueves 19 de junio de 1924,  según la generalidad de los observadores probablemente entrevistados por Ricardo Carapeto, o a las 09:35 h según el Capitán encargado del Depósito de caballos sementales de Olivenza que fijó en esa hora el suceso, o a las 08:00 sin especificar si es Solar u Oficial (según otro obervador) del jueves de Corpus Christi, 19 de junio de 1924, numerosas personas desde distintos lugares (Badajoz, Montijo, Talavera, Mérida, etc.), vieron una nube blanca muy alargada de forma cónica como la cola de un cometa. El fenómeno iba acompañado de fuertes detonaciones sobre un ruido constante que asimilaron semejante a desde el chirriar de un grueso portón metálico al traqueteo irregular de una ametralladora. Aunque en una primera nota se dijo que el meteorito provenía de NO a SE, al conocerse nuevos lugares de caídas se puntualizó que la trayectoria presentaba un recorrido según una estrecha banda de 2 Km de longitud con dirección NNE-SSO, coincidiendo con la señalada desde el principio por Antonio Chorot, catedrático del Instituto de Badajoz. En Jerez de los Caballeros, a unos 50 Km al SE de Olivenza, describieron el fenómeno como un globo de fuego que corría de E a O. En Almodovar del Campo (Ciudad Real) dieron que su trayectoria era de norte hacia el oeste. El ruido fue oído en Badajoz, Mérida, Albuena, Labón, Burguillos, Montijo y Villarreal, todos ellos de la provincia de Badajoz; En Morón y Ecija (prov. de Sevilla); en Talavera de la Reina (Toledo); y en Elvas, Potalegre, Campo Maior, Vila Fernando, Cabeçao, Barba, Redondo y Castello de Vide (Portugal). En la finca El Lemus situada a unos 2 Km al O de Olivenza y propiedad de Enrique Rodríguez Bordallo, se encontraban a esa hora en el campo los cuatro hermanos Pacheco Cordero recogiendo guisantes. Uno de ellos, María, de 17 años, contó que estaban ocupados en esa faena cuando oyeron tres fuertes detonaciones, entonces levantaron la mirada y vieron que hacia ellos se dirigía una gran masa ardiendo y envuelta en humo blanco. Venía derecho hacia los cuatro hermanos pero ya muy cerca de ellos hizo un extraño giro, al que atribuyeron haber salvado la vida, que desvió su trayectoria hasta caer a cinco metros de donde ellos se encontraban. Durante algún tiempo los cuatro hermanos quedaron inmóviles, aterrados. El meteorito impactó con el terreno de arcilla rojas, rompió una raíz de olivo de 3 o 4 cm de diámetro, se formó un cráter en la tierra y él mismo se rompió por tres fracturas concurrentes dejando además pequeños trozos alrededor del cráter. Todo ello produjo una gran polvareda. Cuando repuestos del susto se acercaron y tocaron la piedra ya estaba fría sobre todo en su parte interna al descubierto por las roturas. En total era una masa entre los 60 y 70 kg. El cráter formado medía medio metro de diámetro y aproximadamente también otro tanto de profundidad, señalándose, curiosamente, un contorno ligeramente cuadrangular. Fue visto por Lucas Fernández Navarro, que pocos días después visitó el lugar Comisionado por la Facultad de Ciencias de Madrid para estudiar el fenómeno pero para entonces ya estaba el sitio muy pisoteado por los visitantes y la piedra meteorítica había sido extraída de allí, por lo que ya se habían alterado las circunstancias originales de la caída. 




FIGURA 13


FIGURA 14


VITRINA 4 (Figuras 15 y 16):

         Ojuelos Altos (Córdoba): Caído el 10 de Diciembre de 1926. Meteorito pétreo (condrita ordinaria L6)

A eso de la nueve y media de la mañana del día 10 de diciembre de 1926, y acompañando a la formación de unas nubecillas blancas se oyeron en Ojuelos Altos, con un ruido semejante  al de un aeroplano, hasta seis o siete explosiones en orden de intensidad decreciente. Los ruidos debieron durar cerca de un minuto. En el cielo se vio una estela que desde Pozoblanco se observó como se iba fraccionando con fuerte luminosidad y se llegaron a ver una o dos porciones de la principal mientras se desplazaban en el cielo. Cerca de donde sería su punto de caída un rebaño de carneros se arremolinó asustado, como si vieran una alimaña. Al poco el meteorito cayó sobre un terreno de cultivo de cereales. En ese momento se encontraba allí Eduardo García Barba, quien asustado vio como una hozadura de cerdo y una depresión con pasto quemado. Superado el miedo, metió la mano en el hoyo y extrajo el meteorito sintiendo sacudidas pequeñas como las que produce la electricidad; una vez extraído, trató de llevarle en la mano pero nuevas sacudidas y hormigueos le obligaron a envolverle en la chaqueta para aislarle. Ruidos más o menos fuertes fueron oídos en distintos puntos de la zona a diferentes distancias del lugar de caída: las dehesas de la Aguja y los Hatillos, 12 o 15 km al SO de Ojuelos Altos; A unos 9 km. al este, 4 km. al sur de La Posadilla; en la Cardenchosa, 4 km. al sur de Ojuelos Altos; en Campos Verdes, al sur de Hornachuelos; en Villaviana, 30 km. al SE de Ojuelos Altos; a 60 km al SE, en la Sierra de Córdoba; en Posadas, 44 km. al SSE, donde llegaron a oscilar las casas por una de las detonaciones; En Córdoba, donde estaban con niebla, se oyó un fuerte ruido e iluminación; cerca de Córdoba, en el km 12 del camino a Santa María Trasierra, se oyó un estallido espantoso; también fuerte se sintió la explosión en Almodovar del Río. En Villaviciosa se asustaron las mujeres y los niños. El recorrido con que aparentemente se le vio atravesar el firmamento fue de este a oeste. El ejemplar recogido pesó 5.85 g con unas dimensiones de 14, 14, 19, 12 y 14 cm, según diferentes secciones. Su densidad, según cálculos realizados por el Laboratorio de la Universidad de Madrid, es de 3,54 g/cm3. El orificio que formó en su caída era de dirección casi vertical, con unos 35 cm de profundo y dimensiones equivalentes a las del meteorito. Al chocar con el suelo éste rompió una piedra de diabasa de las que se encuentran tan abundantes en el terreno de la zona. Tan pronto como se tuvo noticia, el Director del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Ignacio Bolívar, comisionó a Lucas Fernández Navarro para que fuera al lugar e hiciera todas las averiguaciones posibles sobre el fenómeno así como las gestiones necesarias para su traída al Museo del ejemplar; una cosa que resultó algo complicada según sus propias palabras por cuanto otra institución, la Real Academia de Ciencias de Córdoba, tenía el deseo bien explicable de conservar dicho ejemplar entre sus colecciones regionales. Fue necesario la mediación del Gobernador de Córdoba, Cabello Lapiedra, y del Alcalde de Fuente Ovejuna, Manuel Camacho, y de órdenes telegráficas del Ministro de la Gobernación, para que finalmente se llegara a la solución de llevarla allí donde se estaban depositando la mayor parte de los meteoritos españoles: el Museo Nacional de Ciencias Naturales. El oponente de dicha idea, Antonio Carbonell, en cuyo poder estaba el meteorito, mostró su gran talla de hombre de ciencia pues cuando en plena discusión alguien propuso romper el ejemplar y así repartirlo, él expresó su total oposición, prefiriendo que el meteorito se conservara íntegro en el Museo de Madrid.

Olmedilla de Alarcón (Cuenca): Caído el 26 de Octubre de 1929.Meteorito pétreo (condrita ordinariaH5).

Se produjo una caída de meteorito el martes 26 de octubre de 1929, a las12:30 horas. Antes de caer se oyeron dos o tres detonaciones tan fuertes que llegaron a ser oídas en Cuenca (a unos 50 km en línea recta). La atmósfera estaba clara y limpia. Algunas de las caídas los hicieron a muy poca distancia de personas que en ese momento estaban labrando la tierra. Los fragmentos encontrados estaban esparcidos en una extensión de unos 7 km de longitud y 3 km de anchura, corriendo aproximadamente en paralelo a la carretera de Madrid a Castellón en su lado norte. Casi toda el área está dentro del término de Olmedilla, a unos 2 km de la villa y una pequeña porción al E dentro del término de Valverdejo. El área está cerca del camino de las Tajadas y en las proximidades del Cubo. En la sesión de marzo de la Real Sociedad Española de Historia Natural de 1929 fue presentado un fragmento del meteorito por Jiménez de Aguilar, quien lo donó al MNCN. A los pocos días (13 de Marzo) fue un comisionado del MNCN al lugar para recolectar otros posibles fragmentos así como obtener el mayor número de datos posible del fenómeno. En Olmedilla ya le esperaba Jiménez Aguilar y las autoridades previamente advertidas por telegrama del Ministro de la Gobernación para que se le prestara toda la colaboración. Se obtuvieron dos nuevos fragmentos.

Reliegos (León): Caído el 28 de Diciembre de 1947.Meteorito pétreo (condrita ordinaria L6)

A 25 km. al SE de León, la villa de Reliegos se encuentra a 810 m de altitud. Durante las primeras horas de la mañana del domingo 28 de diciembre de 1947 cubría la zona una espesa niebla. A las 08:30 h en la comarca se oyeron ruidos que provenían del cielo. Como quiera que en las proximidades de León existiera una Base Aérea Militar, muchas de las personas que escucharon aquellas trepidaciones creyeron que eran producidas por un avión que volaba muy bajo. Ramira Santa Marta Cembranos, estaba en la habitación de su casa, en la calle Real de Reliegos, terminando de vestirse cuando oyó el ruido que creía proveniente de un avión, tan cercano que se dirigió con prontitud a la cocina y al abrir la ventana oyó dos golpes o explosiones fuertes y sintió como trepidaban tanto las paredes como los cristales de la casa. Ramira salió rápidamente a la calle, hacía donde corrían ya varios vecinos, preguntándose donde habría caído el avión, pues todavía creían que esa era la causa de todo aquello. Entonces vieron el hoyo que había en su misma calle y cerca a él una piedra distinta (negra, de gran tamaño, y seca, en contraste con la humedad que mostraban todas las otras por efecto de la niebla). Parece ser que nadie se atrevió a tocarla por temor a que, todavía sospechaban en un origen militar del suceso, que se tratara de una bomba caída de un avión, por lo que los vecinos dieron aviso a la citada Base Aérea Militar. Ante tal noticia Carlos Rodríguez Arango, ingeniero de Minas y entonces Jefe del Distrito Minero de León, acompañó al lugar de caída a un oficial de la Base Aérea. Cuando observaron todo aquello comprendieron que el fenómeno era en definitiva debido a la caída de un meteorito y el objeto fue puesto a disposición del técnico. En una primera nota, se decía que el impacto se produjo a 2 m de una casa, y que cuando se acercaron a recogerlo la piedra se hallaba aun muy caliente. Bonifacio Ferreras de la Mata vio la piedra a las diez de la mañana y observó que estaba algo más caliente que sus manos que las había llevado metidas en los bolsillos. A las 11, según testimonio de Froilán Fernández Martínez, la piedra ya estaba fría. Dos días después de la caida se comisionaron a dos ayudantes facultativos de minas del Distrito de León, José Antonio Álvarez y Luis López y López, para que indagaran sobre el lugar y recogieran todas las noticias que pudieran sobre el suceso. Los datos indican que el meteorito cayó en la calle Real, en la parte SO del Reliegos, a 5.5 m de la fachada de la casa perteneciente a Gregorio Agúndez, marido de Ramira Santa Marta antes citada, haciendo un agujero de 35 cm de profundidad en el suelo formado por tierra fuertemente apisonada y cantos entremezclados. El cráter estaba vertical por un lado, cortado a plomo, en palabras de Ramira, mientras que en el lado opuesto la tierra estaba removida; por esta última parte salió rebotado el meteorito hasta una distancia de 80 cm del cráter. La orientación de estas significativas paredes del cráter difieren en las primeras apreciaciones que manifiestan los vecinos, según unos (Ramira Santa Marta entre ellos) el lado vertical estaba en el E, mientras que según otros (Bonifacio Ferreras de la Mata) estaba en el N. Esta cuestión quedó aparentemente solucionada tras observaciones de otros investigadores, concluyendóse que el sentido de la trayectoria fue de NNO a SSE. Álvarez y López proponen además que el ángulo de su contacto con la tierra fue de unos 65º. El ruido provocado por el meteorito a su paso por la atmósfera fue escuchado en Villamarcos como perteneciente a un proyectil de cañón, y en Santa Marta, a 5 km al S de Reliegos; y en Villomar, a 4 km al N, donde se oyó como un avión que volaba bajo. Las dimensiones de la muestra recogida en Reliegos fueron de 23 x 10 x 10 cm. Con una cara plana dominante y el resto con las concavidades derivadas de volatilizaciones parciales durante su paso por la atmósfera, aunque sin acanaladuras paralelas que permitieran determinar la posición aerodinámica en su trayectoria durante la fusión superficial. Aunque la forma original no llegó a manos de los que lo estudiaron pues diversos fragmentos fueron ya extraídos por los vecinos de Reliegos. Antes de cortarlo para su estudio la muestra pesaba 17.300 g.

Villalbeto de la Peña (Palencia): Caído el 4 de Enero del 2004. Meteorito pétreo (condrita ordinariaL6). Caída más reciente registrada en España

En la tarde del domingo 4 de enero de 2004 a las 16:46:45 horas TUC (Tiempo Universal Coordinado) un impresionante bólido con destellos más intensos que la luna llena fue observado por miles de personas desde la mitad norte peninsular de España y Portugal y suroeste de Francia. Del objeto inicial, con una masa pre-atmosférica aproximada de media tonelada, han sido recuperados unos 30 meteoritos, los primeros en territorio español en más de 57 años (desde 1947 Reliegos, León). El extraordinario brillo del meteoro, favorecía su visibilidad a plena luz del día durante escasos segundos que afortunadamente permitió tomar varias fotografías e incluso un fragmento de vídeo doméstico que emitió TV1. Otra fotografía recoge el momento de la fragmentación a baja altura sufrida por el bólido; pocos días después se pudo ratificar sobre el terreno muestreando fragmentos con cortezas de doble fusión en las cercanías de Villalbeto. Sin lugar a dudas, el superbólido del 4 de enero de 2004 ha sido uno de los fenómenos geológicos más importantes ocurridos en España en los últimos tiempos. Su despliegue de color, los fenómenos sonoros asociados, su estela persistente durante más de treinta minutos, la profundización del material en la atmósfera y la aparición, una semana después en Villalbeto, de meteoritos asociados al bólido ha permitido documentar detalladamente el fenómeno. La recuperación de los primeros fragmentos tuvo lugar sobre las pistas de mármol blanco molido y apisonado del Pueblo de Villalbeto de la Peña. El sábado 10 de enero de 2004 coincidieron paseando José Allende (vecino de Villalbeto), Abel Tarilonte (periodista que iba buscando meteoritos) y Jurgen Neu (comerciante alemán de meteoritos que había acudido por los mismos motivos). El “técnico” alemán llevaba imán, lupa y conocimientos necesarios para identificar los fragmentos, caminando los tres juntos, José Allende encontró sobre la pista un fragmento de 42,03 g y simultáneamente, Abel Tarilonte encontró otro de 21.76 g, el alemán encontró otro mas y les corroboró su naturaleza y continuó la búsqueda durante varios días encontrando mas fragmentos que facturó por vía postal a Alemania, según manifestó posteriormente a Abel Tarilonte en el aeropuerto de Barajas al preguntarle por las piezas recogidas. La tarde del día 15 de enero Abel Tarilonte acudió al MNCN con su fragmento de 21.76 g para que algún investigador certificara su autenticidad y mostró una foto de la pieza en su lugar de origen sobre la pista apisonada. Javier García Guinea lo inspeccionó, certificó de visu su naturaleza de meteorito y le propuso realizar pruebas no destructivas de la pieza en el microscopio electrónico de barrido analizando sobre una raspadura previa que dejaba ver su interior de olivino. Durante el fin de semana del 17-18 de enero Abel viajó de Madrid a Villalbeto y compró otro fragmento de 42.03 g a José Allende. El lunes 19 de enero Laura Tormo, química operadora del microscopio electrónico de barrido del MNCN, analizó el ejemplar determinando silicato de magnesio; sulfuro de hierro y hierro-níquel composición característica de un meteorito de tipo contrita, y se emitió una nota a la agencia EFE-Madrid comunicando el hallazgo del primer fragmento. Otras observaciones importantes que apuntan más hacia “caída” que hacía “hallazgo” son: (1) la posición temporal sobre pistas apisonadas en noviembre del 2003; (2) la exposición ambiental de hierro nativo sin oxidar; (3) la entrada de calcita dentro de los cráteres de emisión de gases por efecto del choque contra la pista de caliza apisonada; (4) las manifestaciones de los habitantes de Villalbeto sobre silbidos, vuelos de piedras y caídas de polvillo negro sobre los coches. El miércoles 21 de enero, hacia las 7 de la tarde, el periodista Abel Tarilonte se llevó las dos piezas de 21.76 g y de 42.03. Los investigadores Javier García-Guinea y Martín Fernández fueron a buscar meteoritos al día siguiente con la única información del topónimo Villalbeto proporcionada por Abel Tarilonte. Hacia las 12:00 horas pudieron encontrar un primer ejemplar sobre una pista de caliza apisonada en las cercanías del pueblo vecino (Tarilonte a unos 4 km), hacia las 16:00 horas otro ejemplar a unos 2 km del primero, continuaron hasta las 8 de la noche, y a cero grados, utilizando los faros del coche buscando infructuosamente entre los pueblos de Tarilonte y Villalbeto. La información con las coordenadas geográficas GPS de los hallazgos fue inmediatamente comunicada a los equipos de búsqueda de voluntarios de las agrupaciones Leonesa y Palentina de Astronomía dirigidos por José Vicente Casado, que estaban alejados solo unos kilómetros, para sumar esfuerzos determinando una buena elipse de distribución de impactos antes de que los coleccionistas privados limpiaran la zona. Los equipos leoneses y palentinos siguieron buscando y llegaron a recoger otros seis o siete fragmentos más. La búsqueda continuó varios fines de semana más, con más gente ayudando, hasta llegar a encontrar un total de siete meteoritos, que fueron donados al MNCN y al Museo de Valladolid. Finalmente, se consiguió conocer unas 30 coordenadas GPS, con sus pesos respectivos, sumando un total aproximado de 4.6 kg lo que permitió dibujar una buena elipse de distribución de impactos. 

Es la primera vez que se determina la masa de un objeto entrante con cuatro métodos independientes (luminosidad, detección sísmica, detección infrasónica y radioisótopos), y coinciden en una cifra de unos 750 Kg de la masa origen. El objeto, que medía algo menos de un metro de diámetro, llevaba, a su entrada en la atmósfera terrestre, una velocidad de casi 61.000 kilómetros por hora. La enorme presión por el rozamiento con la atmósfera hizo que estallara a unos 28 kilómetros de altura y que los restos se esparcieran en un área elíptica de 20 x 6 km ocupando unos 100 kilómetros cuadrados. La onda de aire asociada fue registrada por una estación sísmica francesa a 90 Km de distancia y por una estación de infrasonidos situada a 750 Km al NE de la trayectoria del superbólido. Se pudo calcular la energía de la potente explosión de 0.02 kilotones que se produjo en la atmósfera y el tiempo que transcurrió desde que el objeto salió despedido de su asteroide progenitor (probablemente tras la colisión entre dos asteroides), hace unos 48 millones de años. A partir de precisas calibraciones astronómicas, otros investigadores han determinado la trayectoria atmosférica del meteoroide. La velocidad inicial del bólido calculada con 86 fotogramas del video doméstico fue de 16.9 ± 0.2 km/s y la altura terminal del bólido fue de 22.2 ± 0.2 km/s. La órbita heliocéntrica del meteoroide radica en el plano eclíptico (i = 0.0 ± 0.2º) con una distancia de perihelio de 0.860 ± 0.007 UA y un semieje mayor de 2.3 ±  0.2 UA. Por este motivo el cuerpo progenitor del meteorito de Villalbeto proviene del Arco Principal. El análisis del bólido de Villalbeto ha permitido estudiar la novena órbita conocida de una meteorito en el Sistema Solar. El peso específico del meteorito de Villalbeto es de 3.42 g cm−3 tipico de las condritas de tipo L6. Presenta numerosas venillas de choque o estrés tectónico. La caracterización del meteorito de Villalbeto se completó con el estudio de su respuesta termoluminiscente (TL): se trata de la emisión de luz procedente de un sólido cuando es calentado. 




FIGURA 15


FIGURA 16


4) CLASIFICACIÓN DE METEORITOS USANDO MUESTRAS DEL MNCN (Figuras 17, 18 y 19)

                    En esta mesa expositora mostramos una clasificación hasta ahora nunca organizada con muestras de meteoritos de la colección del MNCN. Usualmente, los meteoritos se dividen en tres grandes grupos: 1) Pétreos (Condritas ordinarias y carbonáceas; y, Acondritas); 2) Férreos (Octaedritas, Hexaedritas, Ataxitas, Férreos anómalos); y, 3) Pétreo-Férreos (Pallasitas y Mesosideritas). Además, añadimos una serie de muestras “sin clasificar”.


FIGURA 17


FIGURA 18


FIGURA 19


5) “ESTRELLAS DE LA COLECCIÓN” DE METEORITOS DEL MNCN (Figuras 20, 21 y 22)

                    En esta mesa expusimos 100 muestras extraordinarias y famosas de todas las partes del mundo (Meteor Crater, Campo del Cielo, Vaca Muerta, Toluca, Modoc, L’Aigle, Allende, Gibeon, Mejillones, Admire, Bonita Springs, Pultusk, etc.).



FIGURA 20


FIGURA 21




FIGURA 22


6) FALSOS METEORITOS (Figuras 23 y 24)

Algunas rocas terrestres, fragmentos de satélites artificiales, restos del asfalto de las carreteras,  escorias de fundición, o tectitas pueden confundirse en el campo con meteoritos.

A-ROCAS VOLCÁNICAS: 1) Basalto de la cumbre más alta de África (Kilimanjaro); 2) Basalto olivínico de la isla de Lanzarote, Islas Canarias; 3) Basalto del Valle del Rift, Tanzania; 4) Bomba volcánica basáltica de la Montaña del Fuego, Lanzarote.

B-ROCAS PLUTÓNICAS: 1) Dolerita. 2) Nódulo máfico frecuente dentro de los granitos (gabarro)

C-MAQUETA DEL EXPLORER I, PRIMER SATÉLITE TERRESTRE LANZADO POR LOS EEUU EN 1958: Algunos satélites artificiales como este vuelven a caer a la Tierra y sus fragmentos se suelen confundir con meteoritos.

D-FRAGMENTO DE ASFALTO DE UNA CARRETERA.

E-ROCAS FERRUGINOSAS DE LOS MONTES DEL TELENO (LEÓN):Óxidos de Fe; goethita, limonita, etc.. Este hierro proviene de mineralizaciones que se encuentran usualmente en fracturas que rompen las rocas Hercínicas de esta zona.

F-ESCORIAS PROCEDENTES DE PROCESOS INDUSTRIALES.

G-TECTITAS: Como resultado de las altas temperaturas que se alcanzan cuando colisiona un gran meteorito con la Tierra, se generan vidrios de rocas fundidas de pequeño tamaño que son expulsados a cientos de metros e incluso cientos de kilómetros del lugar de impacto.  No son meteoritos pues provienen de la fusión de la roca “in situ” pero su formación esta relacionada con impactos meteoríticos. Los signos externos que caracterizan a las tectitas son su color negro y sus formas aerodinámicas, siempre con tamaños desde milímetros a algunos centímetros. Debido a su origen pueden cubrir grandes extensiones, tanto en los continentes como en los océanos. Su estructura presenta rasgos que reflejan su origen, es decir un vidrio fundido que es lanzado al aire con enorme presión y que va volando con o sin rotaciones. La aerodinámica de este vuelo quedará reflejada en la morfología exterior de estas rocas: “contorsiones”, “botones, “lágrimas” etc. Ejemplares de tectitas de la colección del MNCN: 1) Tectitas procedentes de Ton Kai, Tailandia; 2) Tectita procedente de Sukowan, República de Moldavia; 3) Tectitas procedentes de Billiton, Indonesia.

H-EL CASO DE GETAFE: Este es un ejemplo de cómo los científicos llegan a versiones radicalmente contradictorias acerca de un mismo fenómeno.  En 1994 y en 1999 dos “objetos volantes metálicos, muy parecidos impactaron de forma similar en sendos coches que circulaban entre los kilómetros 11 y 22 de la autopista de Andalucía en el Término municipal de Getafe: BMW-1994 (muestra 1 y foto),  LADA-1999 (muestra 2 y foto). Estos objetos fueron interpretados de maneras muy diferentes y su denominación fue cambiando paulatinamente: “meteorito”, “pseudometeorito”, “roca de Getafe” y “escoria de fundición”. Las dos interpretaciones son totalmente diferentes. A) La primera supone un origen natural y extraterrestre (meteorito) para los mismos. En más de una decena de trabajos, el geólogo del MNCN  Jesús Martínez-Frías (ver por ejemplo Geogaceta, 1999, V. 25, pgs. 215-218) los interpretó como fragmentos de meteoritos, analizando en detalle las trayectorias de caida, los efectos del impacto en los vehículos, los marcadores morfoestructurales de vuelo, las características texturales externas e internas, la composición química, la geoquímica, etc. En la publicación antes citada este investigador llegaba a la conclusión que este “meteorito” no se ajustaba en su composición a ninguna roca natural extraterrestre o terrestre, y dedujo que se debía tratar de un nuevo tipo de meteorito sin clasificar hasta entonces. B) La segunda sugiere un origen antrópico relacionado con hornos de fundición (escoria). En el año 2005, el geólogo del MNCN Javier García-Guinea junto con otros 6 colaboradores (Geogaceta, 2005, V. 37, pgs. 159-162) interpretó estas caídas como el resultado de vandalismo contra los coches que circulan  en la referida autopista utilizando restos de escorias procedentes de los hornos de fundición cercanos de Aristraín y Varosa de Madrid. Estos investigadores analizaron en detalle toda la región cercana al tramo comprendido entre los kilómetros 11 y 22 de esta autopista donde sucedieron los hechos y encontraron muchas escorias similares a las que protagonizaron los impactos (ver muestras nº 3). Además analizaron en detalle las diferentes características de estas muestras (textura, estructura, composición, susceptibilidad magnética, peso específico etc.) mediante diferentes técnicas: difracción de rayos X,  microscopio ambiental, etc. Según estos investigadores, algunas muestras recogidas indican claramente su origen antrópico (ver muestras nº 4, 5 y 6). Esta segunda interpretación parece ser la más razonable a la vista de los argumentos contundentes presentados y que hacen totalmente inviable la hipótesis del meteorito.

I-PSEUDOMETEORITOS DE LA COLECCIÓN DEL MNCN (falsos ejemplares de meteoritos). 1) Supuesta tectita procedente de Mazuecos, Guadalajara; 2 y 3) Supuestos fragmentos auténticos del famoso meteorito del Campo del Cielo, Argentina; 4) Supuesto fragmento del meteorito de Nantan County, China; 5) Supuesto meteorito férreo (octaedrita IIIA) de Seraterinosslaw, Augustinowka, Ukrania (hallazgo 1890); 6) Pseudometeorito de Ygast, Livonia, Estonia (¿caida 17-05-1855?).




FIGURA 23


FIGURA 24


7) REFERENCIAS DE ESTA EXPOSICIÓN EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

-https://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/resenas/exposiciones/exposicion.asp?id=18

-https://elpais.com/diario/2007/02/10/madrid/1171110262_850215.html

-https://www.abc.es/espana/madrid/abci-bolidos-extraterrestres-madrid-200702100300-1631391248045_noticia.html

-http://sesbe.org/sites/sesbe.org/files/periodico2MNCN.pdf




FIGURA 25



FIGURA 26





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